Ir al contenido principal

De la esquina se ve todo: seres y «paraseres»

 



Críticos de hoy consideran que la novela ya no está comprometida con los grandes temas de la humanidad, sino que se sumerge en micromundos personales reveladores de espacios insospechados, creados por individuos inseguros o confundidos, en un mundo interconectado de muchas formas además de la electrónica y cuyas experiencias terminan evocando lo que en un principio se quiso esquivar, porque si algo no cambia es el mundo novelado, que la vida sea vida en su fluir desencadenante.

Una novela, desde mi perspectiva, debe contar muchas historias alrededor de una historia que al final también será contada. No exijo mucho más de ahí, lo demás es estudio y talento. Creo también —y de ello existen ejemplos notables—, que hay novedades frecuentes en la manera de satisfacer esta pequeña exigencia narrativa, desde modas hasta creaciones cercanas a la originalidad, sin importar tiempo ni espacio, desde la “Novela de Genji”, unos mil años atrás en Japón, hasta nuestros días en que "De la esquina se ve todo”, primera novela del joven escritor Isidro Jiménez Guillén, de San Cristóbal.

Si algo hay que destacar en este joven narrador es su incansable estudio de las técnicas para construir personajes, espacios y formatos narrativos que escapan con gran ventaja al tedio de los argumentos robustos y cansones.

En esta obra inaugural se confirma —como antes en sus cuentos de “Naboria”—, agilidad y frescura, en un Santo Domingo enmarcado en esos puntos, físicos y mentales en que coinciden jóvenes artistas con más ilusiones que obras, con pretensiones de singularidad o extravagancia que inevitablemente desembocarán en lo ordinario, esa categoría mortal de la que regularmente quiere escapar quien se considera creador en algún campo del arte.

Jiménez Guillén ha sabido condensar la atmósfera necesaria para darle vida a este conflicto (del ser y el “paraser”), al menos en los personajes principales, sobre todo en su protagonista Jesús Gutiérrez.

Tanto él como sus amigos son jóvenes y permanecen en una lucha por encajar, desde sus arquetipos, en los cánones de una sociedad acomplejada, acostumbrada cada vez más a valorar la manifestación de las cosas antes que la cosa en sí misma, es decir, parecer antes que ser, lo accesorio por encima de lo esencial.

Gutiérrez estudia cine, carrera que supone lo saca del montón y lo convierte en una persona interesante, así sus amigos son especímenes similares a él, relacionados al mismo medio del cual quiere hacer él su vida, pero que, sin embargo, sólo adquiere sentido en la medida que esto contribuya a que cierta joven se convenza de que están hechos el uno para el otro, una obsesión tan grande como inmadura que terminará convirtiéndolo en un ser ordinario, o dígase normal, porque siguiendo la lógica de algunos de estos personajes, ser artista te excluye de toda normalidad.

“De la esquina se ve todo” es un relato polifónico, o de alguna manera, muchos relatos entretejidos ingeniosamente, de manera que nos quede una idea del proceso o la transición en la vida de Jesús Gutiérrez, quien se enfrentará incluso a la muerte antes de terminar de la manera más contrapronóstico que él se pudiera imaginar respecto a la vida que había idealizado como cineasta.

Los personajes de esta breve novela son audaces, aún en su ingenuidad, y es que poseen una característica común, muy parecida a un aspecto de las novelas picarescas donde los protagonistas se presentan y comentan su vida a modo de falsa autobiografía. Una técnica ágil que permite entender la autovaloración y la psique del individuo en su espacio natural, que no es otro que la mente del personaje, en su doble papel de autor y actor en la trama.

La irrupción de cada uno llega como un episodio fugaz que se describe desde algún punto conveniente, derivando en situaciones cotidianas y cómicas, logradas con un humor saludable y crítico, una especie de luz arrojada sobre estos tiempos de confusión, ansiedad y deserción.

El protagonista fracasará en lograr la mayoría de sus propósitos, excepto uno, quizás el más importante y el que impulsa toda la trama de la novela, ese elemento que hace digna de contarse la vida de Jesús Gutiérrez, en un universo narrativo donde convergen estudiantes de cine, de moda, poetas, activistas LGBT, directores de cine porno, putas, madres, hermanas y amigos difuntos que se irán al final, cuando ya sucumbes ante los paradigmas exigidos para el amor ante Dios, la iglesia y la sociedad.


(Este artículo se publicó por primera vez en El periódico El Nacional el 16 de enero de 2021). https://elnacional.com.do/de-la-esquina-se-ve-todo-seres-y-paraseres/

Comentarios

Entradas populares de este blog

“Me llamo Rojo”, buena literatura

  Leer buena literatura es un placer. Mi más reciente lectura corresponde a la novela "Me llamo Rojo", del escritor turco Orhan Pamuk, publicada por primera vez en 1998 por la editorial Alfred A. Knopf en Turquía. Desde que se le otorgó el Premio Nobel de Literatura en 2006, si mal no recuerdo, mi curiosidad por este título de Pamuk se activó de inmediato. "Me llamo Rojo", me resultó evocador de un no sé qué. Pero pasaron años y años y es hasta el lejano 2023 en que he podido leer esta fascinante novela. Mi satisfacción ha sido casi total. La historia gira en torno a dos ejes: dos asesinatos y una historia de amor. Y alrededor de estos un rico desplazamiento de temas filosóficos sobre el arte de la pintura y la cosmovisión religiosa. Y es que los crímenes contra dos maestros ilustradores de libros están motivados aparentemente por el tema religioso y la concepción que a través del islam se hace del arte. Este primer asunto también domina al segundo, que es la histor

Año lector 2023 y algunos clásicos para reseñar

  Me gusta leer y saber que, "no sé cómo", leo a los mejores. El calificativo de clásico suele ser el sello que me orienta hacia esa certeza, sin ser, debo admitir, absolutamente suficiente; porque, claro, no es obligatorio que nos guste un libro clásico y aunque no son totalmente buenos ni del todo malos, no quiere decir esto, que se encuentran en un punto medio, no, nada de eso. Un clásico es un clásico. Mi año lector, como siempre, está lleno de títulos de esa categoría. Aquí me detengo en algunos y destaco de inicio, la que fue la roca más pesada: "Los hermanos Karamázov", de Fiodor Dostoyevski. Nada que pueda decir podría abarcar a esta obra maestra, he aquí el drama total de la humanidad: Dios contra el Demonio, amor, devoción, esperanza, bondad, honor e ingenuidad; ateísmo, avaricia, placer, lujuria, promiscuidad, hipocresía, intriga; todo... ¿Qué puede faltar en este monumento literario?, sinceramente, creo que poco o nada. Sin embargo, se dice que el proyec

Poemas

(Antes del vino éramos muchos dentro...) Antes del vino éramos muchos dentro de mi alma, conocidos del sol, nenes con flautas y silencios,                  terroncitos de azúcar                  y lágrimas arando las mejillas. Por los valles de verde, cordilleras de heno sombreritos divinos silbando a los dioses, trinos y murmullos de la tierra extienden, humedecen y fertilizan la mirada. Torrentes luminosos trazando figuras allá donde se derraman los vientos y las lunas cultivan los cielos.  Después el vino. Aguas de sombra púrpura meciendo la noche, tormentas, sangre, mordidas, campanas, espesura de la tiniebla, la carne en la boca de dios. Una apuesta, unos labios bermejos, talismanes para los males. Ebrios y torpes, la fauna santa de la luna, amarga. Cordero y pecado. Oh, santo, hachachino…   Miedo   Otra vez buscando tu interior en el espejo acercas tu mano hacia tu mano; luego, aun no convencido juntas tu rostro con tu rostro y