Ir al contenido principal

Lucerna de la mortalidad

 





Millones de años atrás la vida estuvo sola en el mundo

y siendo anciana y siendo fuerte…

encontró donde sembrar la planta hembra 

junto a la planta macho.


Crecieron junto a ella sus faldas de agua

las aletas se proyectaron en los destellos azules

y los cuentos de sirenitas.

 

 —Príncipes de los juncos, ánades de la rareza.

¡Disminuyeron los relojes!

Y se tendieron las estrellas.

 

Naciste tú, el otro, hecho de a dos

 —triunfo mortal, victoria de Samotracia.

 

La luz encontró a los ojos, dibujó la primera mirada.

Una brisa sopló entre la hierba alta,

uno y otro se vieron —un enjambre de abejas caucásicas

voló sobre sus cabezas.

Las cabezas de los primeros mortales de la tierra.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Año lector 2023 y algunos clásicos para reseñar

  Me gusta leer y saber que, "no sé cómo", leo a los mejores. El calificativo de clásico suele ser el sello que me orienta hacia esa certeza, sin ser, debo admitir, absolutamente suficiente; porque, claro, no es obligatorio que nos guste un libro clásico y aunque no son totalmente buenos ni del todo malos, no quiere decir esto, que se encuentran en un punto medio, no, nada de eso. Un clásico es un clásico. Mi año lector, como siempre, está lleno de títulos de esa categoría. Aquí me detengo en algunos y destaco de inicio, la que fue la roca más pesada: "Los hermanos Karamázov", de Fiodor Dostoyevski. Nada que pueda decir podría abarcar a esta obra maestra, he aquí el drama total de la humanidad: Dios contra el Demonio, amor, devoción, esperanza, bondad, honor e ingenuidad; ateísmo, avaricia, placer, lujuria, promiscuidad, hipocresía, intriga; todo... ¿Qué puede faltar en este monumento literario?, sinceramente, creo que poco o nada. Sin embargo, se dice que el proyec...

Lo mejor del mundo

Lo mejor del mundo José Ángel M. Bratini (2016) La alegría       Imaginario Sé muy bien que soy imaginario. Voy a dudar que tengo piel, de estos brazos y mis piernas voy a dudar. Sé muy bien que me acompaña la experiencia, las pequeñas cosas olvidadas por el río, el reflejo del Sol tan inmune al arrastre de su cauce (nada hecho de luz se ha puesto viejo). La vida conmigo ha sido bella, el silbido del viento entre las hojas me amaba, el canto de los pajaritos también me amaba; a mí me amaba hasta el suelo que nunca había dormido entre mis huellas. El mundo jamás me ha devuelto una pisada (generoso), me ha dado siempre ojos nuevos, respiración nueva, nuevos latidos, tacto inédito y la piel (de la que estoy dudando) ha sido lluvia, trenzas de agua donde mis sueños eran barquitos llevados al mar. Tanta vida, tanta vida he merecido. He aprendido que el desastre sólo es percibido por lo efímero, hay algo en mí que es grande y es eterno. Yo lo afirmo...

Panorámica de la poesía dominicana del siglo XXI

La literatura dominicana, según el escritor Abelardo Vicioso, inicia a partir del siglo XVII y es, según los ámbitos académicos, en 1877 que se publica el primer libro de versos de un solo autor, nada más y nada menos que “Fantasías indígenas”, de José Joaquín Pérez. Lo siguiente es el siglo XX, período en el que madura y se consagra una tradición rica de casi todos los géneros, pero en especial la poesía, toda una gama de movimientos, grupos, generaciones y lobos solitarios anteceden a la generación poética que surge en las primeras dos décadas del siglo XXI. Antecedidos por un neoclasicismo y un romanticismo rezagados y superando la fiebre modernista desatada por Rubén Darío, la cual afectó hermosamente a nuestro vate Fabio Fiallo, se produjeron en el transcurso del siglo pasado movimientos y vanguardias como el vedrinismo, el postumismo, los independientes del 40, la Poesía Sorprendida, la generación del 48, la del 60, la de posguerra, el pluralismo, generación de los 80, el interio...