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Cuatro poemas sobre el cuerpo...


BALADA DEL CUERPO CON CORAZÓN


Para que sea posible el cuerpo tal como lo preferimos hoy
tuvimos que inventar el corazón,
ese mismo órgano que las niñas dibujan
en su cuaderno de lengua española de sexto grado
o cualquier otro,
da igual
toda mujer ha dibujado su corazón en una hoja de papel
o en cualquier lugar.

Para que sea posible este cuerpo
así como nos gusta
fue que lo colocamos casi en el centro de nuestro pecho,
inclinado hacia la izquierda para padecer
la debilidad y la flaqueza.

Para que sea posible el alma
fue que lo conectamos con la sangre
para llenar de aire cada cosa,
—que respirar
es la certeza
de que hay un corazón en este cuerpo.

Para que sea posible el impulso hacia la vida
fue que quisimos que latiera
para no morirnos de silencio o de vacío;
para saber llorar con los codos en las rodillas
fue que lo hicimos frágil, con las manos de un poeta.

Para que sean posibles los sueños
fue que lo hicimos amplio, profundo…
para que delfines retocen entre palmeras
para que motociclistas como hipocampos
arrastren el júbilo hasta la puerta de una risa.
Así fue que colocamos un corazón en este cuerpo.




BALADA DE LAS PIERNAS


Las preferimos desnudas
las piernas son importantes, son en esencia
fortaleza. Las piernas.
A nadie se le ha ocurrido pensar qué se siente
ser una pierna.
—Pues los hombres son insensibles.

En el cuerpo las piernas operan como la marea,
nada se mueve si no es por donde indican sus motivos,
—créanme fue el mismo mar quien me lo dijo.
Desde entonces sé que las piernas
nunca le han creído a los caminos.

Las piernas creen que vuelan
y yo, a veces, también les creo,
por eso digo que en cada paso puede haber un vuelo
de mil alturas, de mil caídas, de mil tantas
cosas que suceden en la vida.
Bienaventurados los que me crean
—Pues los hombres son insensibles.

Si algo sé de las piernas, son sus ventajas.
En mi cuerpo nada es más alegre
que mis piernas.

Lo mejor de ellas,
es que sostienen todo para que exista la cabeza.
Nada me es oculto, de las piernas
conozco todo lo que existe de la cintura
a los tobillos,
de los pies ya he hablado con fortuna.
Ahora, por favor, escuchen esta oración
que ayer hice
a las rodillas…


BALADA DE LOS OJOS



Nietos de Sem, hijos de Arfaxad, que engendró a Selah,
y de él Heber y luego Peleg; generaciones
del mundo que nacieron en Susán,
(años veinte de Artajerjes), a todos los que nacieron
en todas partes y en todas las épocas.
—Yo les hablo de los ojos.

En el cuerpo nada es más peligroso que los ojos,
es de cuidado que les diga de ellos
su seducción arqueada,
la dizque normalidad con que se pasean
entre los tantos ojos diferentes,
sin creerse siquiera un pestañeo del que viene
adverso por la misma
acera del destino.

Puedo decir de los ojos, la infancia necia,
por qué mueren último que todo
y aunque nunca hablen, están llenos de palabras,
de cosas ocultas que se derraman
sobre sonrisas indiscretas,
y aunque sean hermosos, de azur o verde mar,
de la carne de ellos no comerás.

Escúchenme bien, hijos del Dorado, que conocieron a Cándido
y a Cunegunda, atlántidos; ustedes que recorrieron
las rutas de la seda hacia Japón
y ya están muertos; óiganme los que confundieron
sus lenguas en Babel y se esparcieron por la tierra.
—Yo les hablo de los ojos.

Hay en los ojos venenos inocentes y espinas piadosas
que nunca han soñado con dañar una piel,
hay voces calladas como pintadas en una pared
o como un rostro asomado a la ventana,
por eso los ojos fueron hechos pensando exclusivamente
en los ciegos, en sus pasos torpes
y en sus dudas de humana alfarería.

Los ojos, yo les digo, son el camino amplio
del que advierten los profetas,
cuídense de ellos, pues hay en los ojos
valles para recrear la locura, todos los crímenes
caben en los ojos;
ay, de los que confundan los ojos con la luz.
Pues aunque sean hermosos, de azur o verde mar,
de la carne de ellos no comerás.


BALADA DE LA VIRTUD DE TENER DEDOS


Con esta balada vuelvo a las manos, esta vez, le toca a los dedos.
Digo de ellos su amable arrastre, fortuna de atisbar
las mareas de piel, los más lejanos horizontes
de azur de plata; de seres antes adorados
cantos misteriosos.

Digo de los dedos, mis dedos, sus temblores;
porque es verdad que tiemblo y que me asusto de perderlos.
Habría que preguntarle a Arquímedes, el hombre
más sabio en juguetes asesinos, cómo pensar
en círculos y cilindros cuando no se tiene dedos.

Preguntémosle al viejo Aristarco, cuyas ideas sufrieron
como Juana de Arco. Hay que preguntarle cómo
cercenar el cielo sin los dedos. Es por esto que sospecho
que podrían hacerse sueños con los dedos,
hasta imaginar cosas con los dedos…

Ahora, no sin cierto temor, preguntémosle a Freud,
para él una puerta es una vagina, y una persona que entra
por esa puerta es un pene penetrando esa vagina.
A un hombre así, es imposible imaginarlo sin sus dedos.
—Bienaventurados los que aún conservan sus dedos.

Digo en particular, la genialidad de los pulgares, casi nada
es tan útil como los pulgares, si no los tuviéramos
habríamos tenido que inventarlos, pues casi nada
nos hace tan humanos como llevar dos clásicos pulgares.
—Bienaventurados los que aún conservan sus pulgares.

A los siete vihuelistas de España, conocidos
por sus diestros pulgares en las cuerdas.
—Preguntémosles la ciencia divina, el oro acústico de los dedos,
dones de salterios y monocordios, los pianofortes y los dulcémeles
todo lo hermoso que pueda percutirse en los oídos.

Por eso digo que es cosa seria esto de los dedos, como lo sabían
en Santillana del Mar, en la cueva de Altamira,
los que dibujaban bisontes llenos de apetito,
de ambigüedad y vuelo. De los dedos…


(Estos cuatro poemas escritos por un servidor, José Ángel M. Bratini, están incluidos en el poemario "Teoría del cuerpo", escrito entre 2013 y 2014, y publicado en 2017 por la editora Amargord, de España.)

Comentarios

Dany Louis ha dicho que…
Muy buenos, especialmente los dos primero: estilo, sencillez, poesia, imaginacion.crítica social. Un admirador de este lado.
José Angel Bratini ha dicho que…
Gracias por tu lectura Dany Louis

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