Leer
buena literatura es un placer. Mi más reciente lectura corresponde a la novela
"Me llamo Rojo", del escritor turco Orhan Pamuk, publicada por
primera vez en 1998 por la editorial Alfred A. Knopf en Turquía. Desde que se
le otorgó el Premio Nobel de Literatura en 2006, si mal no recuerdo, mi
curiosidad por este título de Pamuk se activó de inmediato. "Me llamo
Rojo", me resultó evocador de un no sé qué. Pero pasaron años y años y es
hasta el lejano 2023 en que he podido leer esta fascinante novela. Mi satisfacción
ha sido casi total. La historia gira en torno a dos ejes: dos asesinatos y una
historia de amor. Y alrededor de estos un rico desplazamiento de temas
filosóficos sobre el arte de la pintura y la cosmovisión religiosa. Y es que
los crímenes contra dos maestros ilustradores de libros están motivados
aparentemente por el tema religioso y la concepción que a través del islam se hace del arte. Este primer asunto también domina al segundo, que
es la historia de amor entre Negro y Şeküre, ya que en buena medida el
desarrollo de su relación podría depender de la solución del crimen o venganza
sobre el asesino, cuya identidad oculta impulsa el vórtice de la trama. Pero
también, otro de los atractivos de esta novela radica en su
estructura de múltiples narradores que expresan sus puntos de vista sobre los
asesinatos contra los maestros ilustradores, a la vez que cuentan diversas
historias de matices interesantes y complementarios (entre éstas, la rica
historia de Turquía). Algunos de estos narradores desafían la lógica y apartan
al texto de lo que llamaríamos una novela realista. Aquí hay de todo. Debo
confesar que me reservo algunos detallitos, pero en general "Me llamo
Rojo" es una novela que considero extraordinaria. Gracias magia
adolescente por enamorarme de este título que me reveló una hermosa obra de
arte.
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